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Monday, October 01, 2018

PRIZE NOBEL, MEDICINE,2018





NOBEL PRIZE FOR MEDICINE or PHYSIOLOGY, 2018
This time the Nobel Prize in Medicine or Physiology 2018 was awarded to the American James P. Allison (69, University of Texas, Anderson Cancer Center, Houston, Parker Institute for Cancer Immunotherapy) and to the Japanese Tasuku Honjo (75 years, Kyoto University), to discover anticancer therapies based on the acceleration of the anticancer activity of T cells, after releasing it from its natural immune brakes. Allison had studied for more than 3 decades the protein: CTLA-4, which slowed the anticancer activity of T cells. By conceiving, that eliminating this brake would favor the immune attack of T antitumor cells, Allison procreated seminal therapies based on brake removal of the activity of the immune system. Simultaneously, Tasuku Honjo discovered another protein in T cells, which also slowed down its activity, albeit with a different mechanism of action. In the last decade, the effectiveness of these therapies has been demonstrated, whether against metastatic melanoma, lung cancer, kidney, liver, lymphomas, etc. Conceptually, to the well-known strategies to fight against cancer: surgery, radiotherapy, chemotherapy, bone marrow transplantation, etc. another one is added with its own weight based on the control and manipulation of the immune system, useful even against advanced cancers, always more difficult to treat. Once again, the Nobel Prize in Medicine or Physiology is awarded to observations made by curious minds to that vast pharmacy and conglomerate of defensive systems generated in the human organism: a Nobel Prize awarded to researchers who copied defensive systems generated by the human soma. The breaking point of the human immune system is to discriminate the self   from non-self, being the bacteria, viruses, etc, recognized and eliminated, a system in which the T cells have a fundamental role. These cells have receptors that after joining foreign structures activate the immune defense system. In this cell area there are protein accelerators of the activity of T cells, along with other proteins that function as brakes of the activity of T cells, in which a balance prevents excessive activation that can lead to an immune destruction of cells and healthy tissues. After discovering in 1990 the protein: CTLA-4, Allison realizes that this functioned as a brake on the activity of T cells. In response, Allison generates an antibody against this protein, blocking its function. Eliminating the brake triggered the attack of immune cells against cancer. In 1994, Allison successfully treated mice with cancer, which were cured. Later humans with advanced melanoma would be cured. For its part, Tasuku Honjo would do the same using another protein-brake: PD-1, also expressed on the surface of T cells, although operating differently. The 2012 Honjo demonstrated the effectiveness of blocking PD-1 protein by achieving long remissions and the possible cure of metastatic melanoma. The new anti-cancer immune therapy has changed the prognosis of certain groups with advanced cancer. However, it develops certain serious adverse effects (immune hyperresponsiveness), usually manageable. At the moment the therapy against PD-1 is more effective with positive results against lung, kidney, lymphoma and melanoma cancer. Also, combination therapies (against CTLA-4 and PD-1) are more effective.
PREMIO NOBEL DE MEDICINA O FISIOLOGIA, 2018
Esta vez el Premio Nobel en Medicina o Fisiología 2018, fue otorgado al americano James P. Allison (69 años, University of Texas, Anderson Cáncer Center, Houston, Parker Institute for Cancer Immunotherapy) y al japonés Tasuku Honjo (75 años, Kyoto University), por descubrir terapias anticancerígenas basadas en la aceleración de la actividad anticancerígena de las células T, tras liberarla de sus frenos naturales inmunes.  Allison había estudiado desde hace más de 3 décadas   a la proteína: CTLA-4, que frenaba la actividad anticancerígena de las células T.  Al concebir, que   eliminar este freno favorecería el ataque inmune de las células antitumorales, Allison procreo terapias seminales basadas en la eliminación de frenos de la actividad del sistema inmune.  Simultáneamente, Tasuku Honjo descubría otra proteína en las células T, que también frenaba su   actividad, aunque con un mecanismo de acción diferente. En la última década se ha demostrado la eficacia de estas terapias ya sea contra melanoma metastásico, cáncer de pulmón, riñón, hígado, linfomas, etc.  Conceptualmente y como se ve, a las ya conocidas estrategias de lucha contra el cáncer: cirugía, radioterapia, quimioterapia, trasplante de medula ósea, etc. se agrega otra con peso propio basada en el control y manipulación del sistema inmune, útil incluso contra canceres avanzados, siempre más difícil de tratar.   Una vez más se otorga el Premio Nobel de Medicina o Fisiología a observaciones realizadas por mentes curiosas a esa vasta farmacia y conglomerado de sistemas defensivos generados en el organismo humano:  un premio Nobel otorgado a investigadores que copiaron sistemas defensivos generados por el   soma humano.   El punto de quiebre del sistema inmune humano, es discriminar lo propio de lo extraño, siendo las bacterias, virus,etc,  reconocidos y eliminados, un sistema en el que las  células T tienen un rol fundamental.  Estas células tienen receptores que después de unirse a estructuras foráneas activan el sistema de defensa inmune.  En esta área celular existen   aceleradores proteicos de la actividad de las células T, al lado de otras proteínas que funcionan como frenos de la actividad de las células T, en el que un balance evita una excesiva activación que puede llevar a una destrucción inmune de células y tejidos saludables. Tras descubrir en 1990 a la proteína: CTLA-4, Allison se da cuenta que esta   funcionaba como un freno de la actividad de las células T. Ante ello, Allison, genera un   anticuerpo contra esta proteína, bloqueando su función. Al eliminar el   freno se desencadena el ataque de las células inmunes contra el cáncer.  En 1994 Allison trata con éxito a ratones con cáncer los mismos que se curaron. Después se curarían   humanos con  melanoma avanzado. Por su lado, Tasuku Honjo haría lo propio empleando otra proteína-freno:  la PD-1, también expresada en la superficie de las células T, aunque operando de modo diferente. El 2012 Honjo demostró la eficacia del bloqueo de la proteína PD-1 logrando largas remisiones y la posible cura del melanoma metastásico. La nueva terapia anticancerígena   inmune, ha cambiado el pronóstico de ciertos grupos con cáncer avanzado. No obstante, desarrolla ciertos efectos adversos serios (hiperrespuesta inmune), usualmente manejables.  De momento la terapia contra el PD-1 es más efectiva con resultados positivos contra cáncer de pulmón, renal, linfoma y melanoma. Asimismo, las terapias de combinación (contra   CTLA-4 y PD-1), son más efectivas. 


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