DEEP SPACE

THE WILD DEEP SPACE

A study conducted by Michael D Delp, has shown that astronauts of Apollo mission that landed on the moon after traveling beyond Earth's magnetosphere had a higher incidence of cardiovascular deaths (43%: 7 men astronauts previously healthy and vigorous), compared  with  their peers who never traveled (9%: 35 people) or orbited around the earth at low altitudes (11%: 42 people). Beside the previous,  studies conducted in rats subjected to intense radiation for 5 weeks showed damage to their vascular endothelium and subsequent occlusive arterial  disease, similar to those that led to cardiac deaths in astronauts of the Apollo lunar mission. A risk that astronauts have to suffer in future missions to Mars and other planets unless they travel  in anti-radiation ships and employ improved spacesuits. The lower incidence of cardiovascular disease in  astronauts  that did not travel beyond Earth's magnetosphere speaks well of the protective effects of this. Some biomedical analysts say that the  longer the journey, the greater  the exposure to multiple sources of radiation (cosmic rays, solar particles, radiation trapped in the Van Allen belt, proton radiation, high atomic number ions, energy ions that damage DNA , preventing adequate cellular repair conditioning long-term vascular dysfunction that lead  to an arteriosclerotic disease. Other analysts argue that cosmic rays penetrate the retina (causing frequent visual flashes), penetrate their spacesuits and the same ship.

EL SALVAJE ESPACIO PROFUNDO

Un estudio llevado a cabo por Michael D Delp,  ha demostrado que los astronautas de la misión Apolo que arribaron  a la Luna tras viajar  más allá de la magnetosfera terrestre   tuvieron   una incidencia mayor (43%: 7 astronautas varones previamente sanos y vigorosos) de  muertes cardiovasculares,  comparada con la  evidenciada  por sus  pares que nunca viajaron  (9% :35 personas) o,  orbitaron  alrededor de la tierra a bajas alturas  (11%: 42 personas).  Al lado de loa anterior,  estudios llevados a cabo en ratas sometidas a intensa radiación durante 5 semanas  demostraron  daños en sus endotelios  vasculares  y subsecuente enfermedad arterial oclusiva,  semejantes a las que originaron  muertes cardiacas en  astronautas de la misión lunar Apolo. Un riesgo que han de sufrir  los astronautas de las futuras misiones a Marte y otros planetas a menos que viajen en naves anti-radiación y empleen trajes espaciales mejorados. La menor incidencia  de enfermedades cardiovasculares en astronautas que no fueron más allá de la magnetosfera terrestre  habla bien de los efectos protectores de esta.   Algunos analistas  biomédicos, dicen que a mayor duración del viaje, mayor exposición a múltiples fuentes de radiación (rayos cósmicos, partículas solares,   radiación atrapada en el cinturón de Van Allen, radiación protónica, iones de numero atómico alto,  iones energizantes que dañan al  DNA, impidiendo una adecuada  reparación celular condicionando  disfunción vascular de larga duración conducente  a una enfermedad  arterioesclerótica. Otros analistas  aducen  que los rayos cósmicos atraviesan la retina (ocasionando  frecuentes flashes visuales), penetran sus trajes espaciales y la misma nave.