J.C.Lilly, delfines,estados alterados y conciencia universal.

A John Cunningham Lilly (1915-2001), neurofisiólogo, neuroanatomista e iconoclasta de raza, le fascinaban los retos. Por entonces (1960), se conocia poco de los estados de la conciencia humana. Con electrodos y agujas, Lilly empezó a cartografiar poco a poco, el cerebro de ballenas y delfines concentrándose inicialmente en áreas del placer y dolor. Asi percibiria que el cerebro de los delfines era 100 gr más pesado que el de los humanos y que la inteligencia de estos mamiferos, http://www.eccosys.jp/lilly/mind01.html igualaba o superaba a la de los hombres. Para probar sus asertos Lilly, decidió hablar con los delfines. Hubieron problemas. Pronto se sabria que las dificultades de comunicación entre humanos y delfines yacian en el hecho de que los primeros eran visuales y los delfines, sónicos (Mind of the dolphin, Doubleday, 1967). Como las ondas sónicas se trasmiten mejor en el agua, habia que verlos, tratarlos y hablar con ellos en el agua. A este fin, Lilly, trasladó 2 delfines a las Islas Vírgenes, a objeto de materializar este tipo de comunicación.

Invitó entonces a Margareth Howe a convivir 7 dias y 7 noches con un delfín (Pam). Esta, en su libro, http://surfer.cyrus.org/lilly/sevenDays04.html Living with a dolphin relata que al mutuo respeto de los primeros dias de convivencia, siguieron progresivos acercamientos (comida ofrecida a Pam, colazos a Howe, raspadas de espalda de ésta a Pam). Convivencia que los obligaria a hacer coincidir sus horarios de sueño y descanso a fin de no molestarse mutuamente. Howe percibió que los delfines vocalizaban bien (pulsos y silbidos) y que eran capaces de aprender a comprender y hablar inglés, si pasaban más tiempo muy juntos. Lilly decia que un organismo era capáz de disponer de un lenguaje si su cerebro pesaba más de 800 gr y que las dificultades de comunicación iniciales se debian a que la voz de los delfines oscilaba entre los 3000 a 30 000 herz/s, en tanto que la de los humanos apenas alcanzaba los 300 herz/s. Enlenteciendo la frecuencia sónica animal, podrian comunicarse.

El proyecto no continuó, porque los sponsores de Lilly deseaban que los delfines detectaran minas submarinas de guerra y Lilly se oponia a ello. Lilly, estaba plenamente convencido de que en el futuro delfines y humanos conversarian juntos en el agua. A la par que codificaba sonidos, Lilly pugnaba por establecer el primer diccionario de fonemas delfines/humanos. Un dia mientras reposaba en un acuario, percibió por el auricular, el mensaje sónico de un delfín. Este fué penetrante (“recorrió todo mi cuerpo”), e intenso. Lo que percibió instantáneamente fué la totalidad de la estructura cerebral interna del delfín. Tras ello, Lilly sostenia la http://www.spiegel.de/wissenschaft/mensch/0,1518,422301,00.html existencia de otros modos de comunicación, ante los que el lenguaje humano devendria en obsoleto, porque las palabras humanas son incapaces de expresar a cabalidad :experiencias y emociones. Según Lilly, una civilización extraterrestre superior, emplearia estas formas totalizadoras de comunicación. Que dirian Lilly y Howe, ahora que delfines de México, Argentina, Filipinas, China, Brasil, Argentina y California, han sido declarados : especies en peligro de extinción, dada su caza indiscriminada (por su piel), industrialización humana destructora de habitats animales, presión poblacional, etc.

Este tipo de experiencias indujo a Lilly a profundizar en el conocimiento de los estados de conciencia. A este fin diseñó cámaras de aislamiento sensorial (Tanques. Tank for the memories.1991), http://www.johnclilly.com/de plástico, a prueba de luces y sonidos, de 3 m de largo 1 m de alto, 34,5 grados centígrados, 400 litros de agua salada, para flotar horas y horas. Lilly decia que en condiciones normales, el 95% de la actividad cerebral se concentraba en lidiar con el estrés de la vida cotidiana y responder a miles de impulsos extra-sensoriales del dia a dia y acondicionar el cuerpo humano a los efectos de la gravedad. En los tanques, el cerebro se liberaba completamente de estas tareas, quedando libre para ocuparse de cosas más trascendentes. El cerebro derecho, el verbal, el racional quedaba de lado para dar paso al izquierdo, artistico, imaginativo. En estas circunstancias, era fácil pasar del estado de vigilia (ondas beta), al estado de sueño (ondas alfa) y finalmente a ondas theta (sueño profundo, con lúcidez), conducente a estados de amor e intuición intenso semejantes a los logrados por Buda y Cristo (estado :+/-48) o, unión con la http://peyote.com/jonstef/johnlilly.htm conciencia universal (Dios, estado : 3+3). Según Lilly alcanzar estos estados equivale a abandonar el cuerpo, situación algo peligrosa y desagradable, porque a nadie le gusta normalizarse, retornando a cuerpos inútiles e intranscendentes.

Conexo a lo anterior, tambien estan sus proposiciones en el sentido de que todos los seres humanos –sin excepcion- somos biocomputadoras programadas http://www.johnclilly.com/ (Programming and Metaprogramming in the Human Biocomputer. Doubleday,1972,1987), a funcion de nuestros estados evolutivos. Los seres inferiores tienen programas simples: congénitos (sexo, comer,etc) y otros agregados en el curso de la vida, como los relacionados con la supervivencia. Los organismos complejos disponen de muchismos más programas. Cuando emergió la sofisticada neocorteza cerebral del Homo sapiens sapiens, aparecieron tambien los metaprogramas (superprogramas que controlan miles de programas). El programador universal es Dios.