MOVING the EARTH in the SPACE

I) In Summaovni (Lulu/2008/pp:127-128), we propose a system of mirrors mounted on small asteroids reflecting the light of the sun permanently toward the Earth with the aim to revert cooling or to maintain continually illuminated the Earth. In the last years it has been verified an increment of emissions of CO2 and a bigger melting of the ice of the poles. Recent news inform us about potential reversions of global heating by means of extensive terraqueous shadows. Idea of the Russian Mikhail I. Budyko, who in 1974, intended to inject the stratósphere annually with millions of tons of particles of SO2, which after reacting with O2, water and other molecules would form minuscule drops of sulfate conformed by water, H2SO4, powder, salt and others, on which acid and water would condense bouncing 1% of solar light, toward the space. Solution doesn't exempt of side effects. David Battisti of the U/Washington, argues that CO2 heats the planet day and night, summer and winter. When ice melts and goes to the sea a wide white surface is replaced by another dark and hot. The stratospheric SO4 produces darkness only when the light of the sun shines, cooling more the tropics that the poles. As less solar light reaches the surface of the Earth there will be less evaporation, particularly in the tropics, what will cause rains.

II) The other idea that I propose in Summaovni (Lulu/2008/pp:124), is move the earth away from the sun in order to become cooler, an idea that we discard later for the convincing that such an action could unchain enormous energy detachments, causing vast natural disasters. The idea of moving the Earth comes from the writer Olaf Stapledon, who in 1930 proposed to move the earth, near Venus first and later close to Neptune, when it becomes uninhabitable. Greg Laughlin (U/California) believes viable this possibility as long as he estimates that the gassy planets Jupiter and Saturn, could never have been formed in the place where they are at the moment, for not existing enough gas neither powder in those places, for that then.

MOVIENDO el PLANETA TIERRA

I) En Summaovni (Lulu/2008/pp:127-128), propongo un sistema de espejos montados sobre pequeños asteroides reflejando permanentemente la luz del sol hacia la Tierra, a objeto de revertir enfriamientos o mantener continuamente iluminada la Tierra. En los últimos años se ha constatado un incremento de emisiones de CO2 y un mayor derretimiento del hielo de los polos. Noticias recientes dan cuenta de potenciales reversiones del calentamiento global mediante extensos oscurecimientos terráqueos. Idea primigenia del ruso Mikhail I. Budyko quien en 1974, propuso inyectar anualmente la estratósfera con millones de toneladas de partículas de SO2, las que trás reaccionar con O2, agua y otras moléculas formarian minúsculas gotas de sulfato conformadas por agua, H2SO4, polvo, sal y otras, sobre las que el ácido y agua se condensarian rebotando el 1% de la luz solar, hacia el espacio. Solución no exenta de efectos colaterales. David Battisti de la U/ de Washington, arguye que el CO2 calienta el planeta dia y noche, verano e invierno. Cuando el hielo se derrite y va al mar se reemplaza una superficie blanca por otra oscura y caliente. El SO4 estratosférico produce oscuridad solo donde brilla la luz del sol, enfriando más los trópicos que los polos. A medida que menos luz solar alcanza la superficie de la Tierra habrá menos evaporación, particularmente en los trópicos, lo que provocará lluvias.

II) La otra idea que recreo en Summaovni (Lulu/2008/pp:224), es trasladar la tierra algo lejos del sol, para enfriarla, idea que luego descartamos por el convencimiento de que tal acción podría desencadenar enormes desprendimientos energéticos, inductores de vastos desastres naturales. La idea de mover la Tierra procede del escritor Olaf Stapledon, quien en 1930 propuso movilizarla cuando fuese inhabitable, cerca a Venus primero y más tarde cerca a Neptuno. Greg Laughlin (U/California) cree viable esta posibilidad en tanto estima que los planetas gaseosos Júpiter y Saturno, nunca pudieron haberse formado en el lugar donde están actualmente, por no existir suficiente gas ni polvo en esos lugares, por ese entonces.