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Thursday, November 01, 2018

WALKING AGAIN






IT'S NOT THE BRAIN, IT'S THE SPINAL CORD

Based on which  dogma, 3 people with spinal cord injury (more  than 4 years),  could recover their ability to walk, using regulated and personalized electrical stimuli (Nature, 10/31/2018): to the simple and elementary knowledge that  movements of the legs are regulated by motoneurons located in the spinal cord and not in the brain  -explaining at the   same time-  the failure of previous techniques that prioritized brain neural reconnection with the adjacent neural spine cord. Although in most human beings, there are connections between the brain and motor neurons of the spinal cord, the function of neural brain connections is not to allow a person to move their legs, but rather to act like a director of an orchestra allowing fineness and art to more sophisticated movements. That is to say that the basic of the movement of the legs resides finally, in the spinal cord. In the last 5 years, the popularizer of this explanation is the Italian neurologist Sergio Canavero, who uses it to explain the projected head transplants to donated bodies, disconnected from the brain by accidents of various kinds. Faced with criticism that the transplanted head would not work properly, because the body would not walk, Canavero says that the patient with a transplanted head, will walk, because this function depends on the motor neurons of the spinal cord, very sensitive to electrical stimulation. Returning to the successful experiment of Gregory Courtine (Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne,Switzerland), we will say that his technique of electrical stimulation started experimentally in rats begins to generate impressive rehabilitations in human beings. Courtine, carried out this experiment (electrical epidural stimulation), in 8 people with spinal cord injuries with partial or complete lower limb paralysis, using a stimulator placed in the abdomen connected to an electrode field located in the lumbar region where there are cells that control the muscles of the legs. After the implant, Courtine, et al. developed a map of each patient to know where and how to apply the stimuli generated in real time.  The transplanted device is controlled wirelessly, when it is simulated the extension of the hip and the flexion of ankles that human legs do, when walking, inducing the motor neurons to generate activity. After a week of rehabilitation, the patients began to walk with partial support or with a walker, until they recovered their voluntary movements in the legs, without that support. Although the rehabilitation depends on the severity of the injury, the 8 participants improved, some more than others. According to Courtine, an alternate, precise and temporary stimulation is better than a continuous stimulation, blocking at the same time, residual signals that travel from the legs to the brain. The team was   able to program a sequence of electrical pulses that stimulated the spinal cord at the correct time and location to facilitate movements. Injuries to the spinal cord sever the connections between the brain and the motoneurons of spine, creating sensory and motor deficits in areas below the injury, sometimes producing paralysis. To make his work more precise, Courtin first mapped areas of the spinal cord, engaged in each movement, required to walk: hip or ankle flexion or extension. The electrical stimulation does not produce movement by itself, the patients themselves do it. The electrical stimulation reinforces the spinal brain-spinal cord neural connections, because the cells that previously discharged as a whole will continue unloading together.

NO ES EL CEREBRO, ES LA MEDULA ESPINAL

¿En base a que dogma, 3 personas con lesión medular con mas de 4 años de antigüedad, pudieron recuperar  su capacidad de   caminar,  empleando estímulos  eléctricos regulados y personalizados (Nature,31/10/2018): al sencillo y elemental conocimiento de  que los movimientos de las piernas son reguladas   por motoneuronas ubicadas en la  medula espinal y no  en el  cerebro, explicando  de paso, el fracaso de técnicas anteriores que priorizaban  la reconexión neural cerebral con la colindante neural  medular. Aunque en la mayoría de los seres humanos, existen conexiones entre el cerebro y las neuronas motoras de la medula espinal, la función de las conexiones neurales cerebrales no es permitir a una persona que mueva sus piernas, sino que al modo de un director de orquesta permitir fineza y arte a los movimientos más sofisticados. Es decir que la base del movimiento de las piernas reside finalmente, en la medula espinal.  En los últimos 5 años, el popularizador de esta explicación es el   neurólogo italiano Sergio Canavero, quien la emplea para explicar los proyectados trasplantes de cabeza a cuerpos vegetales donados, desconectados del cerebro por accidentes de diverso tipo. Ante las críticas de que la cabeza trasplantada no funcionaría adecuadamente, porque el cuerpo no caminaría, Canavero asegura, que   el paciente con una cabeza trasplantada, si caminaría, porque esta función depende de las motoneuronas de la médula espinal, muy sensibles a la estimulación eléctrica. Retornando al experimento exitoso de Gregorio Courtine (Instituto Politécnico de Lausanne, Suiza), diremos que su técnica de estimulación eléctrica iniciada experimentalmente en ratas empieza a generar   rehabilitaciones impresionantes en seres humanos. Courtine, llevo a cabo este experimento (estimulación epidural eléctrica), en 8 personas con lesiones medulares con parálisis parcial o completa de extremidades inferiores, empleando un estimulador colocado en el abdomen conectado a un campo de electrodos situado en la región lumbar donde se encuentran las células que controlan los músculos de las piernas.  Tras el implante, Courtine y colaboradores, elaboraron un mapa de cada paciente para saber dónde y cómo aplicar los estímulos generados en tiempo real.
El dispositivo trasplantado, se controla de forma inalámbrica, cuando se simula la extensión de la cadera y la flexión que hacen las piernas humanas al caminar, induciendo a las motoneuronas a volver a generar actividad.
Después de una semana de rehabilitación, los pacientes empezaron a caminar con apoyo parcial o con un andador, hasta recuperar sus movimientos voluntarios en las piernas, sin ese apoyo. Aunque la rehabilitación depende de la gravedad de la lesión, los 8 participantes mejoraron, unos más que otros.  Según Courtine, una estimulación alternada, precisa y temporal, es mejor que una   estimulación continua, bloqueando de paso, señales residuales que viajan de las piernas al cerebro. El equipo debe ser capaz de programar una secuencia de pulsos eléctricos que estimulen a la médula espinal en el tiempo correcto y localización para facilitar los movimientos. Las injurias a la médula espinal cortan las conexiones entre el cerebro y las neuronas de la médula creando déficits sensoriales y motores en áreas debajo de la injuria, induciendo a veces parálisis.  Para hacer su trabajo más preciso, Courtin primero mapeo áreas de la medula espinal, comprometidas en cada movimiento, requerido para caminar: flexión o extensión de cadera o tobillo. La estimulación eléctrica no produce movimiento por sí mismo, los propios pacientes lo hacen. La estimulación eléctrica refuerza las conexiones neurales cerebro-médula espinal, porque las células que antes descargaron de conjunto continuaran descargando conjuntamente. 

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